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01

Sep

2015

UN PASEO FLUVIAL CON PASADO PARA EL FUTURO PDF Imprimir E-mail

DIAIRIO DE SEVILLA / 5/8/2015

JOSÉ LEÓN CALZADO

LA Exposición Universal de 1992 transformó Sevilla dejando en la isla de la Cartuja la huella de un impulso y esfuerzo constructor único en su historia urbana. Valorar la faraónica labor de transformación del recinto y la voluntad de superación de entonces sólo es posible conociendo la Sevilla de los ochenta, una ciudad cerrada urbanísticamente a su casco antiguo y a zonas fragmentadas de su periferia.


El planteamiento urbano de la Expo fue pensado como un diseño de autor en los detalles, que serían integrados en un paisaje general unificado compuesto por plazas, avenidas y jardines. El mobiliario, desde las papeleras a las tapas de registro, fue gestado como hitos urbanos que completaban y articulaban la ordenación del lugar. Su realización fue encargada a firmas de prestigio, que aún hoy siguen siendo referencia en el mundo del diseño. Estamos, por lo tanto, ante una iniciativa con conciencia historicista, pues estos productos fueron concebidos con un valor histórico al otorgarles desde su origen una significación en el presente y para el futuro.

La presentación del proyecto del paseo fluvial de la Torre Pelli firmado por Vázquez Consuegra ha abierto en estos días la omnipresente discusión sobre la conservación frente a la destrucción, pues son varias las voces que se han alzado denunciando la previsible eliminación de las entidades heredadas de la Expo 92, que se distribuyen en la zona comprendida entre el Puente del  Cristo de la Expiración y el rascacielos. 

Entre los bienes colocados en el punto de mira se encuentran las farolas y luminarias pertenecientes al proyecto Lucero, creado por Perry King y Santiago Miranda para la Expo. Un diseño de alumbrado público muy aplaudido en su día por su armonía y que fue reconocido en los premios Delta de 1992 y referenciado en el premio nacional de Diseño que Miranda recibió en 1989.

Aunque carece de validez normativa, pues sólo cumple la función de apoyo y guía en la gestión administrativa, el inventario-diagnóstico de los monumentos públicos de la Gerencia de Urbanismo incorpora estos bienes distinguiéndolos con un grado A por sus valores patrimoniales, ya que son elementos creados ex profeso para esta zona, identificativos de su contexto urbano, hitos en su diseño y testimonios del momento histórico de la celebración de la Expo. 

La eliminación de estos bienes sería el triste punto final de una secuencia de destrucciones que ha ido asolando y expoliando un espacio dotado en origen de infraestructuras tan interesantes que escribían su propia historia no mirando al pasado, sino al futuro. Hablo, por ejemplo, de las atractivas pérgolas con cascadas de la Puerta de Triana trazadas por Vilches Colcoví o de la media esfera de Jesús Soto, cuya desaparición puede ser considerada como una de las pérdidas patrimoniales más importantes sufridas en los últimos años. La intención manifestada por el alcalde de "estudiar la conservación de estos elementos" abre la esperanza hacia un proyecto integrador, que apueste por la necesaria reordenación de la zona y por la permanencia de su esplendor ya histórico a través de la conservación de un legado patrimonial único, que cuenta con el reconocimiento objetivo y especializado a nivel internacional.

Sin embargo, el debate surgido también debe ser aprovechado para advertir que, como en otras situaciones anteriores, el problema está en su raíz, concretamente en la ineficacia de un plan especial incompleto y obsoleto, que no recoge la realidad urbanística y cultural de determinados espacios de Sevilla y que, entre otros aspectos, demanda contemplar el conocimiento y la conservación de estos hitos urbanos con un valor cultural indiscutible desde una metodología de análisis actualizada.

En una ciudad como Sevilla la preservación del patrimonio urbano debe ser un objetivo fundamental para un presente y un futuro en el que la planificación esté basada en herramientas y recursos normativos eficaces, que entiendan la conservación como una estrategia de conciliación sostenible de la evolución urbana y la calidad de vida.

 
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