ABC SEVILLA / 7/9/2015
ROCÍO DOMÍNGUEZ RUIZ DE CASTRO
La Plaza de España volverá a lucir su mejor cara en noviembre, dos años después de que se iniciaran las obras restauración cerámica y arquitectónica de este emblemático monumento de principios del siglo XX.
La Inspección Técnica que se llevó a cabo en junio de 2011 constató la degradación progresiva que estaba sufriendo este Bien de Interés Cultural (BIC), de ahí que se encargara la redacción un proyecto de obra que se adjudicó por concurso público al arquitecto sevillanoAntonio Domínguez González.
El proyecto tenía un plazo inicial de 12 meses, desde el 11 de octubre de 2013 hasta el 11 de octubre de 2014, por un montante de 841.032 euros. Sin embargo, la dispersión de las localizaciones de las diferentes actuaciones así como el masivo tránsito de turistas y usuarios obligaron a ampliar el plazo de ejecución y, por tanto, el presupuesto, que ahora asciende a 1.392.782 euros y ha sido sufragado por la Dirección General de Patrimonio de Estado.
A dos meses de cumplirse el plan, se han ejecutado ya la mayoría de obras previstas. En arquitectura se está en torno al 85% y encerámica sobre el 90%.
Al estilo de Aníbal González
El delegado del Gobierno, Antonio Sanz, visitó las zonas ya rehabilitadas como la Puerta de Aragón, en la que han reparado la grieta del muro de su fachada posterior; las cubiertas planas, ya impermeabilizadas, o los miradores y templetes de las torres, que precisaban de una limpieza profunda. Acompañado por el director de obra, Gabriel Ocaña, Antonio Domínguez y varios técnicos, pudo apreciar el antes y el después de las zonas restauradas.
De hecho, Sanz destacó que «en la medida en que se conocen más detalles del proyecto, más apasiona». Además, revisó los últimos sectores con actuaciones pendientes, como son la reparación de forjado; la consolidación del artesonado de madera afectado por la humedaden la zona de la Galería y en el peristilo anterior de Capitanía; la reposición de frentes de cornisas y aleros; los remates cerámicos o la restauración de la azulejería artística plana en solería de la Galería porticada.
Durante la visita, el delegado del Gobierno se interesó por larestauración cerámica. En concreto, son los talleres Cefoarte(Alcalá de Guadaíra), Claudio Sabariego (Sevilla), Kosmoarte(Gelves), María Teresa Béjar Rodríguez y Elena Belascoain Alberdi (Sevilla); Miguel Ruiz (Granada) y la empresa TRAGSA los que trabajan para rescatar la cerámica primitiva de la Plaza de España, respetando la pincelada, la geometría o el vidriado de la original, además del estilo regionalista de Aníbal González.
Un dron antipalomas
El paso del tiempo va erosionando los azulejos de este «museo al aire libre» y hay quienes caen en la tentación de terminar arrancándolos para llevarse los pedazos de su historia. A su vez, el corrosivo excremento de las palomas desgasta zócalos, suelos y lámparas. De ahí que se baraje la idea de introducir un dron que simule el movimiento de un halcón para ahuyentarlas.
Sin embargo, para lograr un mantenimiento digno de este espacio son precisos continuos gastos. En este sentido, Antonio Sanz llamó la atención sobre la importancia de establecer un Plan Director para mantener la integridad del edificio y evitar nuevas patologías, además de «promover la autofinanciación del monumento», haciendo de las torres Norte y Sur un mirador o estableciendo un canon para los eventos realizados en la Galería porticada.
Se abre la opción de un museo en honor al «Gaudí sevillano»
R.D.R.C. SEVILLA
Cuenta la leyenda que Aníbal González murió de pena a los pocos días de inaugurarse la Exposición Iberoamericana del 29, de la que fue arquitecto director y a la que ni siquiera le invitaron. Es por eso que el delegado del Gobierno, Antonio Sanz, así como el resto de arquitectos que están llevando a cabo la restauración de su obra magna, valoran la posibilidad de dedicar las dos salas superiores de las puertas de Aragón y Navarra a un museo que honre su figura.
Actualmente, son zonas cerradas al público en las que también se han acometido obras, de ahí que pudieran rehabilitarse para albergar su legado. Aunque todavía no hay un proyecto sobre la mesa, Sanz reconoció que sería plausible «brindar» los casi 600 m2 de la segunda planta al que muchos conocen como el «Gaudí sevillano», cuya figura no ha sido lo suficientemente valorada ni impulsada a pesar de su repercusión posterior y su aportación al regionalismo sevillano. Para ello, habría que acondicionar el espacio a fin de hacerlo accesible a las personas con discapacidad, además de pedir un permiso a las oficinas y administraciones que colindan con las puertas de Navarra y Aragón.
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