ABC SEVILLA / 29/9/2015

M.J.P.

Desde que hace dos años Luis Portillo, fundador del grupo Zent, se viese obligado a abandonar la Casa Luca de Tena, en la avenida de la Palmera, este inmueble protegido urbanísticamente no sólo se ha deteriorado por la falta de uso sino que ha sido objeto de vándalos, que han arrancado con cincel y machota parte de los azulejos con motivos neorrenacentistas de su valla. La administración concursal del grupo Zent, que fundó Portillo y hoy está en liquidación, ha iniciado obras de emergencia en la valla de esa casa de estilo regionalista, ejecutada entre 1923 y 1926 para don Torcuato Luca de Tena por su primo elarquitecto Aníbal González.

En junio pasado, la administración concursal del grupo Zent comunicó a la Comisión Provincial de Patrimonio y a la Gerencia Municipal de Urbanismo que, debido al riesgo de desplome del muro de la valla exterior de la Casa Luca de Tena, así como al vandalismo y expolio que había sufrido, procedía a la ejecución de obras de emergencia y urgencia, obras que la Ley de Patrimonio Histórico permite realizar sin licencia previa. El inmueble está inscrito con carácter genérico en el Catálogo del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien Cultural, por lo que cualquier intervención debe respetar su fachada, su composición, cubiertas, elementos singulares, jardines, vegetación y cerramientos, como es la valla, no pudiéndose incrementar la edificabilidad de la parcela.

La casa fue sede del BBVA, que hizo obras que alteraron su distribución interior. En los últimos años ha sido sede de la empresaExpo-An, del grupo Zent, fundado por el sevillano Luis Portillo y hoy en liquidación tras entrar en concurso de acreedores.

El estado interior de la casa es bueno, no así el de su cerramiento exterior, cuya estabilidad preocupaba a los vecinos, que alertaron a la administración concursal de su peligro de desplome. De hecho, en los últimos meses se detectó un aumento de la inestabilidad del muro y la aparición de grietas, así como el movimiento de elementos de la valla, tales como pilastras o la reja metálica, debido al peso de la tierra del jardín, reparaciones anteriores poco acertadas, la inexistencia de juntas de dilatación en el muro y quizá algún fallo en la cimentación del mismo.

Las obras de emergencia, que tendrán un coste de unos 80.000 euros, tendrán como fin asegurar la estabilidad del muro, así como su preservación, conservación y reposición de los elementos ornamentales vandalizados. Los trabajos se iniciaron en junio y acabarán en unos veinte días, según fuentes consultadas por ABC.

No se pretende recuperar la total verticalidad del muro, sino estabilizarlo, para lo cual se ha introducido una chapa de acero a lo largo del mismo para colocar tirantes, que se sujetarán a lastres enterrados en la tierra, quedando todo ello oculto a la vista. Esos tirantes permitirán tirar con igual intensidad de todo el muro para evitar que pueda romperse.

Con el objeto de no dañar los azulejos del friso cerámico del muro se han retirado con cuidado y se les ha puesto una malla textil para que no sufran durante su manipulación. Para reproducir los que han sido robados o destrozados por vándalos se ha recurrido a Gabriel García, ceramista de Triana y nieto de Emilio García, que hizo los azulejos originales de la valla de la casa. Este ceramista de la calle Alfarería participará en la reproducción de los azulejos expoliados.