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Ene

2016

PALABRAS HUECAS PDF Imprimir E-mail
Museo Bellas Artes

ABC SEVILLA / 12/1/2016

JAVIER RUBIO


LA consejera de Cultura, Rosa Aguilar, ha declarado que la ampliación del Museo de Bellas Artes es un proyecto «urgente» que no admite más dilación. Qué dominio de las palabras tienen los políticos. Las ahuecan en cuanto las pronuncian con una habilidad inaudita para despojarlas de sustancia hasta dejarlas vacía. «Urgente». Nos lo tomaríamos al pie de la letra y nos creeríamos que la responsable del departamento va en serio si antes que a Aguilar no le hubiéramos escuchado expresar idéntica urgencia a su antecesor, Luciano Alonso, y al antecesor de éste, Paulino Plata, y la antecesora también de este último, Rosa Torres, y a la antecesora de todos ellos, Carmen Calvo, que fue la primera que abordó la cuestión inmediatamente después de plantear el traspaso de competencias para que la gestión cultural no pueda escapar de la maraña administrativa que lastra su potencial. Han pasado dos décadas entre urgencias y palabrería vana sin que nada se haya avanzado: ni en la reforma del edificio ni en la de la figura jurídica que dirige la institución. Ahora, con Rosa Aguilar, vuelven los informes legales, los dictámenes jurídicos y todas esas zarandajas de la que se valen los políticos para escabullirse sin afrontar las responsabilidades del cargo: sobra con decretar el carácter de «urgente» para que todos sepamos, esta vez, a qué atenernos.

Mientras tanto, la trompetería habitual con que los medios de comunicación hacemos sonar las salvas de ordenanza a cada propuesta de futuro de los políticos sigue empeñada en definir el Museo de Bellas Artes —cocido en su propia salsa, como esas reducciones de caldos de gradación alcohólica que tan buen sabor de boca dejan pero tan poca sustancia aportan— como la «segunda pinacoteca» de España, viviendo de unas rentas que hace tiempo se consumieron del todo. ¿Segundo museo de España en visitas? Qué va, ni siquiera entra en el escalafón de los diez primeros. ¿Acaso en inversión, en compras, en adaptación a las nuevas tecnologías, en mercadotecnia, en exposiciones temporales? ¿Segundo museo de España un centro cultural que se toma seis años para montar una exposición de cierto nivel desde la última asimilable a la producción museográfica internacional? Al museo lo mantiene el entusiasmo de su personal y la belleza permanente de su emplazamiento, en el antiguo convento de la Merced con un juego de patios y espacios libres deliciosos para la contemplación pausada de las obras de arte allí atesoradas. Pero las autoridades culturales de Sevilla, la Junta de Andalucía y el Ministerio de Cultura bien poco han hecho en los últimos lustros por un museo al que le sobran las palabras y le faltan los hechos. Todo lo demás es palabrería hueca: «Es urgente la ampliación de la segunda pinacoteca de España». Vengal, y nos damos la vuelta en la cama, a seguir durmiendo...

 
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