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Mar

13

Dic

2016

EL CINE LLORENS Y EL MASOQUISMO SEVILLANO PDF Imprimir E-mail

EL CINE LLORENS Y EL MASOQUISMO SEVILLANO

La inauguración del Museo de Bellas Artes y Arqueológico de Málaga ha llenado Sevilla de voces plañideras: no protestamos de nada, pasamos de todo y, todavía peor, se nos van las oportunidades en discusiones estériles. Esta última afirmación la sentimos especialmente, porque cada vez que acudimos a la legalidad, ya sea con las Atarazanas, la Casa de la Moneda o la Torre Pelli, alguien inmediatamente nos sale diciendo que estamos matando el progreso, que asfixiamos las iniciativas.

Estas afirmaciones convierten a Sevilla y los sevillanos en un espécimen único en medio de una España y una Europa reivindicativa y conseguidora. Pero, cuando se sale fuera, parece que en todos lados cuecen habas: barrios enteros en ruinas, proyectos siempre pendientes y sin resultado, conseguidores de aeropuertos que nadie usa o espacios ecológicos devastados por urbanizaciones vacías. Casos como el de Málaga o Valencia son pocos y habría que ver resultados futuros.

La pregunta sería ¿somos menos combativos y menos reivindicativos los sevillanos?  ¿son los malagueños y los valencianos los que han conseguido o están consiguiendo la mejora en sus ciudades? La respuesta es evidente: cuando hay buenos políticos o por lo menos políticos preocupados por renovar el cargo, las cosas van saliendo más rápida o más lentamente pero van saliendo, un poco o un mucho al margen de los ciudadanos.

El sevillano ya ha demostrado, en varias ocasiones, que castiga la falta de acción o la incongruencia  o el despilfarro de sus ayuntamientos, cuando existe una buena oposición. Ejemplos serían las mayorías perdidas por Zoido, Soledad Becerril o Monteseirín.

Pero el problema no sólo es municipal, tenemos una Junta de Andalucía que mantiene a Sevilla lejos de cualquier inversión con la historia del centralismo sevillano, e incluimos en ello no sólo al PSOE, sino también a Ciudadanos, y la falta de responsabilidad y combatividad de los Diputados que representan a nuestra ciudad en el Parlamento.

No es el sevillano, son sus políticos los responsables de esta situación, para cambiar la cual no debemos admitir ilegalidades destructivas de las que luego nos arrepentimos, véase Setas o  Torre Pelli.

Todo ello no quita la necesidad de movilizaciones ante la nefasta política cultural que sufre la ciudad, aunque seamos cinco los manifestantes. Nuestra presencia en las calles puede ser necesaria, para enfrentarse a una política cultural que ha ido dejando a su conjunto histórico, el alma de cualquier ciudad del tamaño de la nuestra, absolutamente vacio. Recuerden ustedes otros tiempos de cines, teatros, bibliotecas o salas de conferencias.

No obstante, no quisiera dejar este artículo como uno más cargado de pesimismo, de los que figuran en todos los medios. Después de años esperando asistiremos a la incoación como BIC de varios antiguos edificios teatrales o cines, entre ellos el Cervantes, el antiguo Trajano y el Llorens. Como siempre será la iniciativa de una persona quien lo consiga: Eduardo Tamarit, Secretario de la Consejería de Cultura, que con ello, junto con la Consejera habrán abierto una puerta a la recuperación cultural de esta ciudad.

De las posibilidades del Cine Llorens nos habla este magniífico artículo Pablo Ferrand

 

 
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